PROHIBIDO ENTRETENER.

No sé si ha sido una buena idea aumentar los estados de ánimo en Facebook. Esta noticia y los emoticonos que ha puesto el personal me dejan perplejo. ¿Qué les gusta a 3815 personas? ¿Que les hayan declarado culpables? ¿Eso quiere decir que están seguros que los son? ¿Cómo es que están seguros? A 82 personas les encanta la noticia. Supongo que estos fueron testigos presenciales del crimen. A 70 les alegra, que está entre “me gusta” y “me encanta”, ¿quizás por tener un cierto modo de ver las cosas tendente a la felicidad? ¿Quizás porque conocen de primera mano a algún testigo presencial? Hay 40 que se sienten enojados. ¿Les parece mal la acusación de culpabilidad? ¿Les parece poco? ¿Quizás son también testigos presenciales y vieron otra cosa? Tal vez lo que mejor entiendo es el entristecimiento, la noticia, se coja por donde se coja, es triste… 19 entristecidos. Los nueve asombrados entran en las estadísticas, es posible que se hayan enterado esta semana de la noticia y

Tengo hoy un par de dudas que quizás alguien me sepa responder. Resulta que todos los países del mundo, en mayor o menor cuantía, en mayor o menor porcentaje respecto a su PIB, están endeudados. (ref: http://www.datosmacro.com/deuda ) ¿A quién se debe? ¿Entre ellos? ¿A usureros institucionales? ¿Entre ellos? Que hagan parra, es decir, que hagan cuentas teóricas y lo dejen todo a cero, igual se puede. ¿A empresas de usura…o sea a gente? Por la ley Universal de la Estabilidad social y emocional (ley de próxima aprobación en la ONU) que se les compense con títulos honoríficos y vacaciones pagadas, igual cuela. Otra duda. ¿Por qué a los negros de Estados Unidos se les llama afroamericanos y a los blancos no se les llama euroamericanos? 

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Los vagabundos de  Juan Ignacio Montiano ¿Inclasificable?, podría ser una de las definiciones de esta novela que sorprende por su imaginación, humor irreverente, fantasía y un corte de novela negra. Todo parece una locura, hasta que el autor comienza a trazar las sisas y coser los hilvanes de la trama, que va avanzando y tomando cuerpo y sentido. Desde luego que recomiendo su lectura, la receto, para disfrutar de esa literatura sin ataduras en la que todo es posible. Si es usted una persona aburrida a la que no le interesa el humor y a quien le da vergüenza soltar una carcajada mientras lee, no se acerque a este libro. De otro modo, no deje de leerlo. Amado Gómez Ugarte